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“Muertos de hambre” le dijo un doctor a trabajadores. 28 despedidos que habían participado en movilizaciones. Más de 9 millones gana el Director del J.J. Aguirre y no suben salarios a funcionarios. Se acusa falta de preocupación del Rector de la U. Desde el Hospital dicen que todo está funcionando en orden.
Verónica Rojas no pierde un segundo al comenzar la entrevista. Es la histórica presidenta de la Asociación de Funcionarios del Hospital Clínico de la Universidad de Chile (Afuch), cargo desde el cual lidera acciones para reivindicar los derechos de sus pares. “Ellos son los que hacen funcionar este Hospital”, sostuvo y mostró una organizada carpeta de documentos para probar las denuncias.
El conflicto entre los funcionarios y las autoridades del mítico “J.J. Aguirre” se arrastra hace décadas. Un comunicado de la Afuch , fechado en julio de 1992, se refiere a la ruptura de la comisión de trabajo con las autoridades. Las razones, trágicamente similares a las que originan los desacuerdos casi veinte años después: denuncias de prácticas anti-sindicales, desigualdad en las remuneraciones e incumplimiento de acuerdos laborales.
Hoy, la asociación de funcionarios volvió a denunciar esos problemas, esta vez avalados por las bondades de la Ley de Transparencia y motivados por un emergente clima de movilización social en el país, donde los derechos comienzan a defenderse con uñas y dientes. Verónica Rojas indicó que “sabemos que al trabajador nunca se le ha regalado nada” y enfatizó que “esa es nuestra convicción para seguir luchando”.
AQUÍ NO FALTA PLATA
Durante noviembre del año pasado, la bulliciosa movilización de los integrantes de la Afuch ocupó atención mediática pese a que todos los ojos estaban puestos en el movimiento estudiantil. Alrededor de mil 200 funcionarios mantuvieron una protesta de tres semanas para exigir el cumplimiento de acuerdos económicos y laborales, el avance en el contrato de funcionarios mantenidos durante años en la precariedad de la categoría de contrata y suplencia -que según la ley no puede exceder los seis meses- y el fin de medidas arbitrarias que perjudican el clima organizacional, como la obligatoriedad de cubrir turnos en días de descanso.
“Hay compañeros que llevan más de 20 años en condiciones jurídicas precarias, como son de contrata y suplencia, pese a que existen más de diez mil cargos vacantes”, detalló Rojas. Añadió que “los abusos de jefatura son desastrosos en términos de obligar a nuestros compañeros, por ejemplo, a hacer turnos en sus días libres. Se les exige que tengan disponible su celular para que vengan a hacer sus turnos de cobertura, que inicialmente eran voluntarios y hoy son obligatorios. Si el funcionario no acata esa instrucción, claramente su contrato se pone en riesgo”.
La movilización de los funcionarios se vio cruzada por una compleja relación con las autoridades del Hospital, liderado por el doctor Carlo Paolinelli. Tras el inicio de la protesta de la Afuch -que durante las tres semanas contempló turnos éticos para impedir el riesgo de los pacientes al interior del establecimiento- una carta del director respondió negativamente a las peticiones.
“Por la presente señalamos a la comunidad del Hospital Clínico Universidad de Chile, que la Dirección recibió el día miércoles 23 de noviembre un pliego de peticiones de la Asociación de Funcionarios (Afuch Hospital) que implicarían para el Hospital un gasto de más de $2.043.000.000 de pesos”, respondió Paolinelli por medio de una carta que se difundió masivamente entre la comunidad funcionaria. Luego, el doctor señaló que esto muestra un “desconocimiento absoluto de la realidad” del recinto y que acceder a dichas demandas implicaría “un suicidio institucional”.
Para Verónica Rojas y los miembros de la organización del Hospital esto fue una burla. “Desde un comienzo, la autoridad trató de ridiculizar nuestro petitorio”, señaló la dirigente. Entre las peticiones económicas, que según Paolinelli ascenderían a más de dos mil millones de pesos, se encuentra la entrega de un bono de 2 UF para fechas especiales, la asignación equivalente a una canasta de Navidad y el respeto de un bono colectivo de 400 mil pesos, acordado con las autoridades en 2007.
En medio de la movilización, un extraño anuncio asustó a los trabajadores: sólo recibirían el pago parcial de su sueldo debido a una supuesta crisis financiera del Hospital, según lo difundido por los medios de comunicación. Así, las versiones sobre el conflicto económico del recinto de salud se propagarían hasta hoy, cuando son inexplicablemente negadas por ellos mismos.
“El Hospital no está en una crisis financiera”, indicaron desde el Departamento de Comunicaciones Corporativas. “El hospital siempre -desde antes y después del cierre del convenio con el Minsal [Ministerio de Salud] en 1994- se ha debido manejar en un equilibrio financiero complejo derivado de su condición de ser el único hospital en Chile de raigambre y gestión pública”.
Aseguraron que deben generar con “el trabajo de su gente” el 97% de su presupuesto, con una pequeña diferencia aportada por la Casa Central de la Universidad de Chile.
Así, resulta complejo encontrar una explicación a la modalidad de pago parcial que recibieron los trabajadores en plena movilización. En tanto, las preguntas sobre la verdadera situación financiera del Hospital seguirían rondando sus cabezas.
“SI EN SUELDOS SE MANIFIESTAN ESAS ABERRANTES DIFERENCIAS, IMAGÍNATE EN EL TRATO”
Un reciente reportaje del diario El Mercurio sacó a la luz las altas remuneraciones del Rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez ($8.554.988 bruto) y el sueldo de la decana de Medicina de la misma institución, Cecilia Carvajal ($9.393.581). Pasó inadvertida la suculenta remuneración del director del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, el mismo que en disputa con los funcionarios del establecimiento alertó de la situación financiera del hospital. Paolinelli, según información pública disponible en la web de la institución, percibe un sueldo bruto de $9.375.741, más alto que el del propio Rector de la reconocida Casa de Bello.
“Insistentemente se nos señalaba que algo estaba pasando en las finanzas de este Hospital; el 70% de los ingresos se van en gastos de remuneraciones”, aclaró Rojas. “Hoy vemos con claridad, a propósito de la Ley de Transparencia, dónde están centrados esos gastos. Ha sido más que sorprendente, por decir lo menos”.
En tanto, Silvia Bascuñán, secretaria de Afuch, apuntó sus críticas a la responsabilidad del rector Víctor Pérez en esta situación. “El Rector se ha mantenido muy al margen con este problema que ha tenido el Hospital y muy al margen también por lo que significa la descentralización del poder en la Universidad ; él ha delegado autoridad y autonomía a las distintas facultades, entre ellas el hospital”.
Bascuñán asegura que le parece “inconsecuente que el Rector haya peleado a la par de los estudiantes y haya hablado respecto a la equidad cuando aquí no hay equidad, es cuestión de ver los sueldos de los directivos. También es curioso que haya peleado por el lucro y lo que vemos acá es precisamente eso, lucro”.
En un informe de gestión solicitado por la Afuch , los funcionarios lograron percatarse de que los ingresos por venta de hospitalización del recinto, durante el 2011, alcanzaron los 18 mil millones de pesos -desde el sector público- y 31 mil millones de pesos desde el sector privado que involucra a las Isapres. A esta cifra, cercana a los 50 mil millones, se le deben sumar los 20 mil millones percibidos por atención ambulatoria.
Pese a la información oficial otorgada por el recinto de salud a El Ciudadano, señalando que “al Hospital no le sobran los recursos”, la realidad constatada en los datos obtenidos gracias a la Ley de Transparencia, da cuenta de situaciones contradictorias y los trabajadores lo saben: “Si en los sueldos, que es algo tan sensible, se manifiestan esas aberrantes diferencias, imagínate en el trato aquí, día a día”, declaró Verónica Rojas.
“SON UNOS MUERTOS DE HAMBRE”
A pesar de bajar sus demandas económicas ante la negativa rotunda de las autoridades, los funcionarios de la Afuch se sentaron a dialogar sin pensar que se encontrarían con una nueva sorpresa. Durante las conversaciones, las autoridades les aseguraron que tomarían medidas administrativas contra quienes participaron de la movilización.
“Por supuesto, nosotros les dijimos que frente a esa situación la mesa se rompía. Hubo un malestar generalizado que implicó que los compañeros fueran a la Dirección y fue ahí cuando un médico, que sostenía allí una reunión, se levanta enfurecido a decirnos que nos fuéramos, que volviéramos a nuestro servicio, y otro lo calma y le dice “déjalos, son unos imbéciles, unos muertos de hambre”, contó Rojas. En adelante, Verónica y dos de sus colegas comenzarían una huelga de hambre de cinco días.
Las amenazas explicitadas en ese entonces por la Dirección del Hospital se hicieron efectivas. Durante diciembre del año pasado, 28 funcionarios fueron despedidos, 19 de ellos parte activa de las movilizaciones. La antigüedad en la institución de gran parte de esos funcionarios rondaba los 11 y 15 años y todos tenían buenas calificaciones de su labor. La dirigente aseguró que a muchos se les dijo “que sacaran sus propias conclusiones sobre por qué estaban siendo despedidos”.
Al respecto, el Hospital señaló que “no hay múltiples despidos” ni “despidos masivos” como rezan algunos carteles, pegados en los pasillos. El Departamento de Comunicaciones Corporativas manifestó que “cada fin de año, las jefaturas deben realizar las prórrogas o términos de contrato de los funcionarios a su cargo aplicando criterios técnicos y en concordancia a los estándares de calidad que el servicio y la institución requiera. En el año 2011 no se prorrogaron un total de 33 contratos, es decir, menos del 1% del total de trabajadores”.
Sin embargo, delegados de servicio al interior del Hospital -también participantes del paro- ya fueron notificados de que sus contratos serían establecidos ahora con límites de meses y no con duración de un año, como solía ser. Así, para muchos la estabilidad laboral es sólo hasta mayo o junio de este año.
Para marzo próximo, se contempla un trabajo de comisiones, tal como informó el propio Hospital: “Nuevos acuerdos nacerán como fruto de conversaciones y el trabajo de tres comisiones integradas por funcionarios y directivos”. Sin embargo, la credibilidad de las autoridades ya está vapuleada a juicio de sus trabajadores.
La presidenta de la Afuch manifestó que “para nosotros, esos hechos constituyen prácticas antisindicales. De esa manera ¿quién va a querer asumir la responsabilidad de representar a sus compañeros de trabajo? Son personas que han dedicado su vida a la institución; ellos están vulnerando los convenios de la Organización Internacional del trabajo (OIT), donde hablan del derecho del trabajador a organizarse”.
Para los trabajadores, se volvió más necesario que nunca que el Hospital y la propia Universidad de Chile examinen sus intereses y den espacio a los valores que dicen propugnar. “Definamos qué es lo que queremos de este Hospital universitario; hoy hay una contradicción muy grande. Esto está pasando en la Universidad de Chile, que se ha destacado por sus principios de democracia y participación que hoy están muy deteriorados”, enfatizó Rojas. Y anunció que ya están preparados para un nuevo round durante 2012. “Este va a ser un año tremendamente difícil, donde las decisiones de los trabajadores y estudiantes deben están respaldadas por una convicción tremenda. Entendemos que tendremos que pagar ciertos costos y estamos dispuestos a hacerlo”, aseveró la dirigente.
Por Vanessa Vargas Rojas
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